No cabe duda de que, en cualquier momento, es posible que las personas que trabajan en la atención directa a la ciudadanía tengan que enfrentarse a posibles situaciones de riesgo. Por ello, hoy en día es importante transmitir una buena información y formación práctica que capacite adecuadamente a las personas que en el día a día tienen un trato directo con la ciudadanía. Así, de esta manera, lograrán anticiparse a posibles situaciones de riesgo, evitando que estas tengan finalmente lugar o bien que se puedan resolver de forma rápida, amistosa y efectiva, logrando la satisfacción del ciudadano o de la ciudadana en la medida de lo posible.
Trabajar en la atención directa a la ciudadanía exige muchas cualidades y habilidades personales, como por ejemplo la amabilidad, la simpatía, la escucha activa y la empatía por la otra persona. Disponer de estas y otras habilidades comunicativas es clave, pues saber desenvolverse con soltura y desplegar con destreza toda esta variedad de habilidades en el momento adecuado por parte del personal que ejerce su labor en la atención directa a la ciudadanía evitará y sabrá cómo poner un fin adecuado tanto a situaciones comprometidas o incómodas así como a aquellas que sean susceptibles de provocar un conflicto.